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martes, 9 de febrero de 2010

Capítulo X Boston, Massachusetts

Al día siguiente nos levantamos a las 6 de la mañana, después de una noche "toledana", debida en parte a la tormenta, con el consiguiente desvelo.

Madrugón inútil, porque debido a las condiciones climáticas, llegamos con retraso al puerto de Boston; y no solo nosotros, sino los oficiales de emigración de E.E.U.U., que debían controlar, de nuevo, nuestros pasaportes.

En Europa, ahora, estamos mal acostumbrados, pues sin que nadie nos pregunte nada pasamos por pasos y fronteras sin darnos cuenta siquiera.

En E.E.U.U están muy sensibilizados con el tráfico de personas y, aunque hacia solo tres días que habíamos pasado a Canadá, el protocolo era igual que a la entrada por primera vez.

Bien, pues en la gran sala donde cenábamos se montaron unas mesas y se formo una enorme cola de todos los que no eran del país. Aunque casi no se les veía entre los mas de 3.000 pasajeros, eran unos cuantos. Tardamos mas de media hora en pasar.

Bien, pues ya estábamos en Boston.

Y nos esperaba un día denso de conocimientos y visitas. Esta escala hubiera merecido mucho más tiempo del que tuvimos.

Pero... ya sabemos que durante un crucero hay que atenerse a los planes del capitán...

Boston es la capital del Estado de Massachussets, una de las ciudades mas antiguas de E.E.UU. Es considerada el centro económico y cultural del estado, e incluso de Nueva Inglaterra.

Importante puerto marítimo y manufacturero, su rica historia y sus monumentos representativos atraen gran número de turistas al año; es sede de varias primicias en materia de Educación, como La Escuela Latina de Boston, primera escuela pública de E.E.U.U. y tiene la primera universidad del país, Harvard, en la localidad anexa de Cambridge.

La enseñanza superior incluye áreas donde tiene un altísimo nivel, como Medicina, Economía, Finanzas, Ingeniería, Tecnología, Electrónica .

Esa zona de la costa atlántica fue explorada por primera vez por los españoles, liderados por Pedro Menendez de Aviles, desde Florida, hacia 1.565, después por el francés Samuel de Champlain; pero no fue hasta 1.620 cuando se fundo la primera colonia, en Plymouth, de soberanía británica.

El nombre del estado de Massachussets proviene de una de las tribus algonquinas que poblaban el territorio; se puede traducir como "cerca de la colina grande" y algún nombre más, siempre relacionado con montañas.

Fue en Plymouth, que ellos fundaron, donde desembarcaron los peregrinos, llegados a bordo del barco "Mayflower", según la leyenda, huyendo de las restricciones religiosas a que estaban sometidos en Gran Bretaña, para poder practicar su puritanismo sin trabas.

En un principio cohabitaron pacíficamente con los nativos, que los ayudaron, proporcionándoles comida y otros elementos necesarios para la supervivencia. Esta coexistencia duro alrededor de 50 años.

De la coexistencia de indios y peregrinos viene la fiesta mas importante en E.E.U.U., el Día de Acción de Gracias, que la conmemora; aunque el presidente Washington la cambio de lugar en el calendario, ya que la primera comida de los peregrinos y los nativos se celebro en verano.

Esta primera colonia fracaso y murieron casi todos los habitantes de la misma.

Diez años más tarde llegaron otros puritanos, que se establecieron en la bahía de Boston y fueron expulsando a los nativos que quedaban, que ya habían sido diezmados por las epidemias de viruela y de gripe, traídas consigo por los europeos.

Curiosamente, estos segundos puritanos se mostraron intransigentes en materia de religión, olvidando las persecuciones que ellos mismos habían sufrido en la metrópolis. Su fanatismo los llevo a quemar en la hoguera a gran cantidad de inocentes, dando lugar a episodios como el de las brujas de Salem, localidad cercana a Boston. Tuvieron que intervenir las autoridades británicas para parar las ejecuciones y las hogueras.

El ambiente de esa época está muy bien reflejado por el escritor norteamericano Nathaniel Hawthorne en su novela "La letra escarlata".

Poco mas de un siglo después, se produjo en Boston el chispazo que dio origen a la Independencia de E.E.UU., con el episodio llamado, con fines propagandisticos por Samuel Adams, "La Masacre de Boston", ya que en dicha masacre no murieron mas que cinco individuos.

Samuel Adams, uno de los padres de la Independencia Americana, fue también el inspirador del Motín del Té, que fue el comienzo de las hostilidades que condujeron a la Independencia de E.E.U.U.

De las trece colonias que dieron origen al nuevo país, E.E.U.U., Massachussets era la fundada en segundo lugar, y su capital Boston la tercera en cuanto a población.

Después de diversos acontecimientos y batallas, entre 1.775 y 1.783, la Independencia de E.E.U.U. fue reconocida por el Tratado de París o Paz de Versalles.

De ese pasado Boston conserva algunos edificios, como la Old State House situada en el lugar de la Masacre de Boston, nombrado edificio histórico, desde cuyo balcón fue declarada la Independencia de E.E.U.U., entre otros.

Una vez situados históricamente, volvamos a nuestra excursión.

Boston es una bonita ciudad de poco mas de 600.000 habitantes, aunque incluidos los alrededores, el Gran Boston, tiene cerca de 8.000.000.

Tiene un aspecto bastante europeo, sobre todo inglés, con muchos toques americanos; así se combinan los barrios victorianos con los brillantes rascacielos que dominan la ciudad; los monumentos de los s. XIX y XX, con enormes edificios de cristal.

Llegamos en el bus al Boston Public Gardens, precioso parque, donde está la estatua ecuestre de G. Washignton. Lo atravesamos, no se puede decir que paseando, mas bien en lo que podríamos llamar marcha turística, cuando bien hubiera merecido un largo paseo. El día era esplendido en cuanto a temperatura y sol.

Otra vez montamos al bus, para hacer una parada técnica en un Centro Comercial, en una de las avenidas principales. En la calle estaban preparando un mercadillo de frutas, verduras y flores que estuvimos contemplando; como vereis, un regalo para la vista, con esos colores tan sorprendentes. También preparaban ya, con un mes de anticipación, Halloween, con sus calabazas.

Luego nos dejaron un ratito en Copley Square, uno de los muchos lugares de la ciudad donde se confunden arquitectonicamente los edificios inspirados en el arte europeo, con los modernísimos rascacielos .

En un lado de la plaza está la Trinity Church, de confesión episcopaliana, en estilo neo románico, muy en boga en los años de su construcción, último tercio del s. XIX, iglesia que se refleja en los espejos del impresionante rascacielos, la Hancock Tower.

Enfrente está la Biblioteca Pública, de estilo clásico.

También enfrente hay otra enorme iglesia, en estilo neogótico, la Old South Church, unionista o congregacionista.

Boston está lleno de iglesias, no se si de todas las confesiones, pero seguramente sí, de todas.

Tuvimos ocasión de ver unas cuantas.

En el suelo de Copley Square está el marcador de la Maraton de Boston, famosa competición en todo E.E.U.U., que comienza en ese punto.

Cuando nos dirigíamos al barrio de Beacon Hill, nuestra siguiente parada, nos detuvimos unos minutos para contemplar la mole de la Iglesia de Cristo Científico; no había oído este nombre nunca, que por cierto no tiene nada que ver con la Iglesia de la Cienciología.

Esta doctrina fue fundada por la sra. Mary Baker Eddy, en el s. XIX, que se curo de una grave caída, leyendo la Biblia y meditando sobre Cristo y la enfermedad.

Dice que la humanidad y el universo son entes espirituales, no materiales. La enfermedad no viene de Dios, es material y por lo tanto falsa. Propone métodos de curación a través de la oración, aunque no prohibe los métodos que aplica la ciencia médica.

Tiene alrededor de un millón de adeptos en el mundo, gente acomodada de edad avanzada, preocupados por su salud.

Rodeando a la iglesia, colocada en un magnifico lugar, se elevan los rascacielos de cristal.

Llegamos a Beacon Hill, uno de los barrios mas exclusivos de Boston, tranquilo y agradable. Allí no hay grandes palacios, ni espectaculares mansiones, pero el confort casi se respira. La adinerada burguesía bostoniana vive allí, como en un magnifico club privado.

Paseamos un rato por algunas de sus calles, tratando de captar su atmósfera.

Seguidamente fuimos a conocer otra iglesia, la católica Nuestra Sra. del Perpetuo Socorro. Nos contó nuestro guía, C., que cuando la hija de Edward Kennedy, Kara A. Kennedy Allen, estaba internada en el Brigham and Women´s Hospital cercano a la iglesia, para ser operada y tratada de cancer de pulmón, el senador iba a recogerse y orar en este templo siempre que venía a visitarla, casi diariamente. Hoy día Kara A. ha superado el cancer.

Fue en esta basílica donde se celebro el funeral oficial del único de los hermanos Kennedy que murió de muerte natural, después de su fallecimiento en agosto de 2.009

Un feligrés bostoniano nos vio visitando su iglesia y se ofreció, con gran simpatía, a contarnos algo acerca de ella, para eso subió a nuestro bus y nos hizo un poco de historia. Hace poco que ha sido restaurada y ahora está impecable. Así son los norteamericanos, muy colaboradores y orgullosos de sus cosas.

Estábamos a un paso del enorme complejo de mas de treinta hospitales, que hacen de Boston uno de los lugares del mundo punteros en la investigación y tratamiento de enfermedades; una auténtica ciudad de hospitales, uno trás otro, tanto edificios asistenciales como centros de investigación. Pasamos despacio en el autobús, mirando, asombrados, a derecha e izquierda.

Sin bajarnos del vehículo pasamos por el puente sobre el río Charles, que une Boston y Cambridge.

Desde el bus, ya en Cambridge, vimos la fachada del MIT, Massachusets Intitute of Technology, una de las instituciones de enseñanza superior mas prestigiosas y famosas del mundo, en Ciencia, Economía y Tecnología. Fundada en 1.861, ha tenido, en otras épocas, tentaciones de fusionarse con la Universidad de Harvard, pero las protestas de profesores y alumnos lo han impedido.

Recibió una gran aportación de "cerebros" europeos después de las Primera y Segunda Guerras Mundiales, y cuenta con numerosos premios Nobel entre sus profesores y antiguos alumnos.

En Cambridge está la Universidad de Harvard.

Esta Universidad, privada, se extiende a lo largo de 1,5 km2.

Pertenece a la Ivy League, que tiene sus propios equipos deportivos, pero no ofrece becas de deporte. La Yvy League esta compuesta por ocho universidades, todas en la costa este de E.E.U.U.

Fue fundada en 1.636, con el nombre de New College o The College at New Towne, cambiado tres años después por el de Harward College, en recuerdo de su benefactor, John Harward.

Este clérigo, natural de Londres, que había estudiado en la Universidad de Cambridge, y emigrado posteriormente a lo que hoy es el Gran Boston, lego la mitad de su patrimonio y su biblioteca a la institución, además del nombre de Cambridge.

En 1.780 se encuentra el nombre de Harvard University por primera vez, en la Constitución de Massachusets.

Posteriormente, el presidente de la institución durante cuarenta años, Charles W. Eliot, tranformo radicalmente el modelo de universidad , convirtiéndola en un centro de investigación moderna, tal como la conocemos hoy, que ha influido en toda la enseñanza superior e incluso secundaria de E.EU.U.

Personajes famosos han estudiado en ella, desde
  • políticos como uno de los Padres de la Patria, John Hancock, como más recientes: John, F. Kennedy, George W. Bush y el actual presidente de E.E.U.U., Barak Obama.  
  • escritores: T. S. Elliot
  • actores: Jack Lemmon, Natalie Portman, Mira Sorvino, Tommy L. Johnes...
  • músicos: Leonard Berstein, etc.
Dimos una vuelta, mas bien rápida, por la parte histórica de Harvard. Una de las bibliotecas, fue donada por la madre de una víctima del hundimiento del Titanic y lleva su nombre.

Vimos la famosa "aguja" blanca , que es como un emblema de Harvard.

Vimos su escudo: "Veritas" en el dintel de la puerta de entrada y otras inscripciones en otros dinteles.

Vimos la estatua del fundador, asediada por las cámaras fotográficas de los visitantes.

En suma, nos pudimos hacer una idea de la importancia de la institución universitaria, aun sin llegar a ver la extensa parte nueva.

Ahora llegaba la hora de comer.

Nos llevaron al Quincy Market, y allí nos dejaron para que nos las arregláramos por nuestra cuenta.

Este mercado, situado en el centro histórico de Boston, cerca del puerto, está al lado de Faneuil Market, que se estableció en primer lugar y que tuvo que ser ampliado con el Quincy Market , diseñado por el arquitecto Alexander Parris y edificado entre 1.824 y 1.826.

Su nombre viene del alcalde Josiah Quincy, gran impulsor de su construcción.

La estructura del Mercado por dentro es interesante; de sus orígenes conserva una rotonda con cúpula y leyenda alrededor, que es bonita.

Es un gran complejo de tiendas, moda, regalos, librerías, etc. y varios pasillos de locales de comida rápida, tan rápida que hay que comerla de pie, o bien sentado en el primer piso provisto de bancos de madera y algunas mesas. La cantidad de gente, entre vecinos de la ciudad haciendo sus compras o paseando, y turistas hace que sea difícil conseguir mesa. Comer este tipo de comida "a mano alzada" es difícil, solo para expertos que hayan practicado mucho.

Ya nos habían dicho que la comida la teníamos que organizar nosotros. Entramos en el pasillo de la restauración, y pedimos lo que podríamos llamar dos perritos calientes, que tenían el calificativo de italianos, con dos raciones de patatas fritas. Las dos cosas eran de lo mas abundante, con una ración nos hubiera bastado para los dos.

Subimos estos "manjares" al piso de arriba y conseguimos un trozo de banco adosado a la pared.

Todavía teníamos una hora y media para visitar un poco mas Boston; como estábamos en el centro histórico, pudimos aprovecharlo, siguiendo un mapa.

En esta parte de la ciudad se confundían, de nuevo, los edificios históricos con los rascacielos, algunos del los años 20 en adelante, del s. XX.

Es un efecto curioso pues los pequeños edificios históricos aparecen como empotrados en los enormes gigantes de cemento y cristal.

Desde el Quincy Market, fuimos andando hasta la Old State House, enfrente del punto donde empezó la Masacre de Boston.

Pasamos por la King´s Chapel, fundada en 1.686, que paso por los avatares de la Revolución Americana y algunos hechos históricos; hoy es de confesión Unitaria. Tiene, en su jardín, un cementerio donde están enterrados personajes eminentes de la historia de Boston y de E.E.U.U.

En la esquina del parque Boston Common, está la Park Street Curh, congregacionista, que tiene muy cerca otro pequeño jardín con cementerio, donde reposan los restos de algunos Padres de la Patria, como Samuel Adams.

Ya habíamos llegado al Parque Boston Commons, el mas antiguo de Boston, que estaba muy animado. El día invitaba a sentarse o tenderse en la hierba. Teníamos tan poco tiempo, que nos limitamos a echarle una ojeada desde la calle.

Pudimos ver el gran edificio del Capitolio de Massachusets, con su cúpula dorada, que ha sido el modelo para los capitolios de los demás estados de la Unión

Cerca del Capitolio hay un monumento en memoria del coronel Robert G. Shaw, que comandó el primer regimiento compuesto totalmente por soldados afroamericanos, durante la guerra Civil Americana, en 1.863. Es un bajorelieve de bronce que data del 1.897.

El tiempo se nos acababa. Teníamos que volver al autobús para entrar a la hora fijada en el barco.

Se iba poniendo el sol mientras nos alejabamos de Boston. Durante bastante rato vimos la linea de edificios recortandose sobre el cielo. Las luces iban encendiendose.

Para acabar os recomiendo la lectura de la novela de Henry James "Las bostonianas", tambien llevada al cine. Refleja el ambiente de Boston, en el s. XIX, y el surgimiento en esta ciudad del movimiento feminista; está magnificamente escrita y es entretenida.

Boston siempre ha sido una ciudad muy adelantada en cuanto a movimientos políticos y sociales.

martes, 12 de enero de 2010

Capitulo IV Bar Harbor, Maine

A la madrugada siguiente habíamos llegado a otro lugar. No estábamos en un puerto sino en el mar entre unas islas, que aparecían brumosas.

Estábamos enfrente de la Isla del Monte Desierto, una maravilla de la naturaleza, y veíamos la pequeña población de Bar Harbor, en el extremo nordeste de la isla.

El muelle no tiene suficiente calado para un barco de las dimensiones de nuestro buque, así que fuimos trasladados, junto con todos los demás pasajeros que quisieran ir, en unas lanchas, hasta el muelle de Bar Harbor.

Allí estaba el autobús, conducido por Everett, esperándonos.

Pero, Oh! el tiempo tampoco nos fue favorable, pues todo lo que podíamos ver estaba envuelto en una densa niebla. Siendo estos parajes uno de los paisajes mas bellos que íbamos a visitar, las perspectivas no eran halagüeñas.

Sin tener esto en cuenta, como hace todo turista bien conducido, salimos hacia el Parque Nacional de Acadia, que está en la Isla del Monte Desierto.

Esta zona fue explorada por el francés Samuel de Champlain, a principios del s.XVII. Él le dio el nombre de Acadia a una extensa región que comprendía Nueva Inglaterra, Nueva Escocia y la isla del príncipe Eduardo y también bautizo la elevación mas importante de la costa atlántica noreste, como monte Cadillac.

El Parque Nacional fue fundado en 1.916 con el nombre de Parque Nacional Lafayette, cambiado en 1.929 por el actual de Parque Nacional de Acadia, en honor de los franceses que poblaron y colonizaron la costa noratlántica de Canadá y E.E.U.U.

En las primeras décadas del s. XX, esta zona estuvo muy en boga como residencia veraniega de algunos millonarios americanos, que hicieron allí grandes mansiones. Un terrible incendio desatado en 1.947, que destruyo casi todas y arraso la mitad de la isla, los alejo de allí.

Fue entonces cuando John D. Rockefeller Jr., el mayor propietario de hectáreas de la zona, dono el parque al estado de Maine, con 45 millas de caminos creados por él, que incluyen 17 puentes de piedra, atravesando cursos de agua, cascadas, acantilados y carreteras, cada uno con su diseño propio.

Hoy día este espacio natural protegido es utilizado por deportistas, se hace montañismo, senderismo, recorrido en bicicleta, y excursiones de todo tipo. En la isla hay una única playa. Para desarrollar estas actividades, tanto deportivas como turísticas, hay que pagar cada día. De algo se tiene que mantener el parque...

Bien, pues nosotros íbamos subiendo con el autobús. El camino, siempre con niebla, apenas nos dejaba ver un espectacular bosque a ambos lados, donde los arces, rojos en esta época del año, sobresalían entre el verde oscuro de los pinos, el amarillo y otros tonos otoñales.

Hicimos una parada en el Centro de Visitantes, que resulto de los mas oportuna, pues allí nos ofrecieron una película donde se veía todo lo que nos estábamos perdiendo a causa de la niebla. ¡Al menos lo habíamos visto virtualmente!...

Seguimos con el bus hasta la cima, lugar desde donde se divisan las mejores vistas , de las que he puesto una muestra y que, por desgracia, la intensa niebla nos impidio ver.

Como era el momento del día en que el sol tiene mas fuerza, dimos un corto paseo por unos senderos marcados, para que los excursionistas puedan llegar por ellos a los diferentes puntos de vistas sublimes, esperando, desesperadamente, que la fuerza del sol pudiera con la niebla..., pero no fue así.

Mis reflexiones eran negras, mejor dicho grises como el día, cosas como, -Para una vez en mi vida que voy a estar en lugar, y no puedo ver nada-, -Qué perra suerte- y otras por el estilo.

Con ánimo descorazonado emprendimos la bajada. Hicimos una parada en una laguna que había en medio del bosque y tratamos de consolarnos contemplando el color de los arces y las construcciones de los castores que habitaban en el lago

Descendimos cerca de la costa, todavía en Parque Nacional de Acadia, para ver como el mar produce, lo que aquí llamamos, bufones.

Estos son grietas y chimeneas abiertas en el acantilado, conectadas con simas marinas, por las que las olas empujan el agua con gran fuerza, formando surtidores que pueden llegar a gran altura, dependiendo de la marea.

Cuando la marea está alta y hay un gran volumen de agua, al salir provoca un sonido o bufido característico. De ahí el nombre del fenómeno marino.

Los bufones de Acadia se llaman "Thunder Hol"

Para entonces, además de frustrados, estábamos hambrientos. Pero había una agradable sorpresa. Una comida propia de Nueva Inglaterra. La tomamos en un restaurante de Bar Harbor, "Yvy Manor Inn" pequeño, tuvimos que repartirnos en dos salas, y coqueto, que se anunciaba como restaurante de estilo francés. No nos decepciono.

La comida consistió en especialidades locales:


  1. Clam Chowder (sopa de almejas de Nueva Inglaterra)
  2. Langosta de Maine
  3. Tarta de arándanos
Como bebida, cerveza local, bastante oscura, pero agradable

La sopa proviene de los franceses que habitaron estas regiones y que necesitaban un alimento nutritivo y bien caliente para soportar el duro clima de estas latitudes.

Maine es un gran productor de langostas, que exporta a todo el mundo.

Los arándanos también son típicos de los climas fríos, cuando desaparece la nieve aparecen los arándanos.

Bien repuestos y olvidadas las inclemencias del tiempo, nos quedamos un rato paseando por Bar Harbor.

Esta pequeña ciudad de 4.000 habitantes fue habitada por los indios Wabanaki; en ella encallo el explorador y colonizador francés Champlain, que ya he citado, pero no fue fundada como ciudad hasta mediados del s. XVIII.

Hoy día es el puerto de entrada para visitar el Parque Nacional de Acadia y tiene transbordadores que van a Yarmouth, Nueva Escocia, Canadá.

Es también lugar de veraneo y está preparado para la práctica de varios deportes.

Paseamos por la calle próxima al puerto, dedicada al comercio. Había varias tiendas de artesanía con bonitas producciones.

Por último, y con tiempo, nos pusimos en la cola de la lancha que nos tenía que llevar al barco, Había una hora determinada en que salía la última embarcación y no podíamos perderla.

¿Que hubiéramos hecho otro día mas en Acadia? Esperar que el sol luciera... o no

Cuando el barco se alejaba, hacia su siguiente destino el panorama de Bar Harbor y las islitas cercanas estaba...envuelto en nieblas

El próximo capítulo sera gastronómico, con receta de los platos que tomamos en el Ivy Manor Inn.

Hasta entonces

sábado, 9 de enero de 2010

Capitulo III Maine

Al día siguiente, cuando miramos hacia fuera, empezaba a amanecer y estábamos atracando en el puerto de Portland; la vista era impresionante y nuestro corazón se alegro al ver algo más que agua por todos lados.

En esos momentos no llovía, pero mirando con mas atención, a lo lejos hacia la izquierda, se iba poniendo cada vez mas gris y desdibujado. Efectivamente era la lluvia que avanzaba hacia nosotros.

Y eso fue lo que tuvimos, un día pasado por agua.

El grupo, eramos unos cuarenta, había quedado con nuestro guía en el paseo central del barco para salir al exterior.

Tengo que hacer mención a nuestro guía, C., un colombiano naturalizado estadounidense, con grandes dotes para dirigir turistas. Hombre de gran experiencia, maneras educadas y sentido del humor; nos hizo el viaje agradable, poniendo todo lo que pudo de su parte.

La salida al exterior iba acompañada de diversos controles, que nos retrasaron hasta las once de la mañana.

Fuera llovía a cantaros, así que la primera parte de la visita transcurrió dentro del autobús,
Como chofer llevábamos a un simpático chico, no podía ser mas típico, llamado Everett.

El comienzo de la visita era la ciudad de Portland.

Este Portland está en el estado de Maine, cuyo nombre proviene de la región francesa homónima.
Y es que este, junto Luisiana en el sur, son los únicos estados con fuerte tradición y presencia francófona en Estados Unidos, lo cual se debe a su historia, pues esas regiones fueron colonizadas y ocupadas por franceses en primer lugar, que perdieron todas sus colonias, incluidas las de Canadá, en la guerra contra los ingleses.

Portland ha tenido tres nombres, a saber

  • Machigonne, como la llamaban los nativos algonquinos;
  • Casco , que le dieron los pescadores ingleses allí establecidos en el s. XVII
  • Vienticinco años mas tarde los mismos ingleses le cambiaron el nombre por Falmouth
  • En el s. XVIII, un barrio, que llamaron Portland, se desarrollo mucho y acabo dando nombre a toda la ciudad.
Hay un monumento que conmemora los cuatro nombres.

Ha sufrido cuatro grandes incendios, por eso su escudo tiene la palabra latina "Resurgam" (Me levantare de nuevo).

Hoy día es la ciudad mas grande de Maine, capital económica, cultural y social del Estado.

Su población es de cerca de 70.000 habitantes y tiene un aire mas bien provinciano.

Se ha hecho una gran labor de conservación y restauración de los diversos estilos, que varios grandes arquitectos norteamericanos dejaron allí, desde el s. XIX hasta mediados del XX.

En conjunto tiene un aspecto victoriano y hace honor al nombre de la región, Nueva Inglaterra.

C., nuestro guía, lamento mucho que no pudiéramos bajar del bus, solo los mas arriegados lo hicieron varias veces para hacer fotos.

Vimos al pasar un faro que es usado como observatorio, la bahía de Casco, envuelta en brumas, una parte de la ciudad restaurada con alegres colores y gran variedad de bonitas mansiones victorianas, alguna convertida en museo de la ciudad

La excursión prosiguió después a Fort William Park. Íbamos a ver un faro, que por lo visto van a conocer todos los visitantes de Portland.
Es uno de los muchos faros que hay en esa costa, pero este debe ser de los mejor situados para la visita.

Sus luces fueron alimentadas con aceite de ballena hasta el año 1.958

El día seguía lluvioso y en las proximidades del faro hacía un fuerte viento. El lugar es pintoresco.
Ah!, pero el día no invitaba al paseo, ni a la contemplación. La mayor parte de los del grupo se metieron en una diminuta tienda de recuerdos, o bien en un diminuto museo que había allí. También se podía uno refugiar, con el paraguas abierto, debajo de un diminuto porche.

Después recorrimos un buen trecho de la costa, con alguna playa, que estará llena en el verano, pues es costa de veraneo, pero que ofrecía el mismo paisaje intensamente gris.

Pasamos, sin poder parar, ya que está prohibido, cerca de la residencia del ex presidente de Estados Unidos George Bush padre, en Kennebunkport.

Esta mansión mandada edificar por el abuelo materno de George Bush hijo, fue utilizada como la residencia de verano del padre, en otros tiempos. Ahora la ha convertido en permanente.

Tanto él como su hijo, el presidente George W. Bush, han recibido en ella a lideres mundiales, durante los años de sus mandatos.

Hay grandes medidas de seguridad alrededor de la mansión , pero se puede ver bastante bien.

En esta zona apenas hay urbanización, solo un pequeño núcleo con alguna tienda, el resto se compone de casas grandes, a veces mansiones, o mas pequeñas, diseminadas por un bosque, sin tapias, ni cercas.
Es una costumbre americana no "cerrarse" con ningún obstáculo para los habitantes de la casa, vecinos, paseantes e incluso cacos...

Otra curiosidad de este país es que los cementerios están en medio de las casas, también sin separación, muros, ni ningún tipo de valla; las pequeñas lápidas que están generalmente de pie, se encuentran clavadas en una gran superficie de césped, con bastante espacio entre unas y otras y algunos arboles por aquí y por allá.

La calle o serie de casas pueden tener como panorama, con el que levantarse todos los días, la vista del cementerio.

Tuvimos ocasión de ver varios cementerios de este tipo en nuestro recorrido por esa pequeña parte de Nueva Inglaterra. Tengo que decir que a pesar de lo que pueda parecer, no resulta demasiado siniestro.

También visitamos otro pueblo al lado de este y llamado casi igual, Kennebunk. En él estuvimos demasiado tiempo, pues no había nada que ver, excepto una calle llena de tiendas de recuerdos y otras variedades.

Cuando uno va a visitar algunos países, te dicen sin tapujos, después de una visita mas o menos cultural, que te van a llevar a una tienda magnifica, etc. etc. donde podrás comprar todo lo que quieras. Y efectivamente consiguen que compres algo, aunque no tengas la pulsión enfermiza de la compra, por aburrimiento, debido al enorme tiempo destinado a esa actividad.

En otros, como el que estábamos visitando, no hay ninguna advertencia; te llevan a un pueblo, y te dan mucho mas tiempo del que necesitas para hacer la foto del río y del puente locales. Acabas comprando, aunque sea una postal.

La idea era volver a comer al barco, pero aunque nuestro chofer enfilo con ganas la autopista 195, por la que transitábamos, autopista que va desde Canadá a Florida, no era posible llegar antes de que el buffet del barco hiciera una pequeña pausa entre la comida y la merienda.

Pero nuestra organización lo resolvió rapidamente. Comimos en un restaurante de carretera, al lado de un centro comercial, donde había un gran buffet bien surtido... y mucho color local, pues era un lugar para los habitantes de la zona, que aprovechaban el fin de semana para hacer sus compras, no un lugar para turistas.

Pudimos comprobar que no todos los obesos del país estaban reunidos en el barco. La obesidad se extiende como una plaga por doquier, en E.E.U.U.

Al llegar a Portland, se nos ofreció dejarnos en el centro de la ciudad, pues hay allí un afamado Outlet.

C. se quiso ir al barco; como había parado de llover, o casi, preferí quedarme paseando por la ciudad, con algunos del grupo.

Compras no hice, pero caminamos por la ciudad, que parece bien surtida y ordenada, con cierto sabor inglés.

El día acabo con la cena formal, en nuestros asignados sitios.

Hasta pronto.

domingo, 3 de enero de 2010

Crucero a Nueva Inglaterra y Canadá

Capitulo I Embarque


Teníamos, C. y yo gran ilusión por hacer un crucero. Habíamos oído comentarios como: "yo ya no quiero mas que cruceros para viajar", "fantástica organización", "la comida es excelente y los servicios de a bordo muy buenos" etc.Todos ellos parecían una clara recomendación para hacer alguno; así que nos embarcamos en el enorme barco con bastante entusiasmo.

Fuimos desde Nueva York al puerto de embarque de estos trasatlánticos, que esta en Cape Liberty, New Jersey.
El trayecto tarda mas de una hora. Parece ser que estos barcos, tan grandes, no caben en el puerto de Nueva York, que no tiene calado suficiente . El puerto ha sido poco desarrollado desde que la Mafia acabo con él, hace varias décadas.

El muelle de embarque es un sitio desolado, con grandes hangares para albergar al enorme número de pasajeros que íbamos a compartir el viaje, en consonancia con el enorme barco.
Allí después de una cola, que iba rápida, comprobaron los pasaportes y nos proveyeron de una tarjeta con la cual debíamos pagar cualquier gasto en el barco; el dinero no se admite. Se abona el total de gastos el último día.

Al final de la cola había un puesto con café y galletas, anticipo de los servicios de restauración del barco, que están disponibles las veinticuatro horas del día.

Ahora dos palabras sobre los viajeros. La mayor parte de los mas de 3.000 pasajeros eran estadounidenses, y digo esto desde ya, porque todo el viaje estaba orientado a los gustos y necesidades de tal colectivo. Destacaba la edad media, con lo que parecía una gran cantidad de mayores de 70 años. Por último empezamos a ver otro de los fenómenos de la sociedad norteamericana actual: una gran cantidad de personas con sobrepeso. En general el sobrepeso era casi universal, había algunos ejemplares increíbles.

A continuación subimos al barco y nos fue asignado nuestro camarote, que era confortable; amplio, bien decorado, con un balcón sobre el mar.

El barco es enorme, pero esa enormidad es limitada y produce algo de claustrofobia. La decoración es recargada y estrambótica, de dudoso gusto. Hay bares, tiendas, un teatro, gimnasio, y hasta un casino.

La salida del barco es espectacular. Se puede ver la linea de rascacielos de Manhatan, la estatua de la Libertad, la isla de Ellis, el puente Verrazzano... Estuvimos un buen rato contemplando este magnifico paisaje, mientras navegábamos hacia el océano Atlántico

En el barco la comida del mediodía se hace en un buffet, disponible, casi sin interrupción, desde el desayuno hasta la cena. Para la cena, que se sirve en otra sala inmensa, hay puestos asignados para toda la travesía con los mismos comensales y tiene un carácter mas formal.

Después de la cena estuvimos en uno de los acogedores bares tomando una copa.

Así se acabo nuestro primer día como "navegantes"