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martes, 8 de noviembre de 2016

Salamanca, la Catedral y la Universidad

                                                             

De Zamora viajamos a Salamanca con la intención de visitar a un viejo amigo de mi marido, pero solo pudimos ver a su mujer, ya que el se encontraba ausente.

 Pasamos un agradable rato con I., recordando viejos tiempos y poniéndonos al día sobre familiares y amigos, mientras tomábamos un aperitivo en su casa, y el resto del día lo dedicamos a pasear por esta bella ciudad.

Los orígenes de Salamanca se remontan a 2.700 años de antigüedad, durante la Edad del Hierro, cuando los primitivos pobladores se asentaron en el cerro de San Vicente, a la ribera del río Tormes.

Por allí pasaron diversos pueblos como vacceos, vetones, romanos, visigodos y musulmanes, hasta que recuperado el territorio, donde se asienta Salamanca, para los cristianos, el rey Alfonso VI de León encargo a su yerno y colaborador guerrero y político Raimundo de Borgoña la repoblación de estas extensas tierras.

Salamanca alberga la Universisad, en activo, mas antigua de España fundada en 1.218 por Alfonso IX de León, la primera Universidad creada en Europa según la real cédula concedida por Alfonso X, el Sabio en 1.252 y bula del Papa Alejandro IV de 1.255.

Durante la Edad Media fue una de las mas prestigiosas universidades de Occidente, haciendo popular la frase "Quod natura non dat, Salamantica non praesta",o "Lo que la naturaleza no da Salamanca no presta"

Entre los personajes ilustres relacionados con Salamanca y ligados a la historia universal están Antonio de Nebrija, Cristóbal Colon, Fernando de Rojas, Francisco de Vitoria y la Escuela de Salamanca, Fray Luis de León, Miguel de Unamuno, por citar algunos entre un largo número de personalidades.

Cerca de la casa de nuestros amigos y emplazada en la antigua Puerta de Zamora de la muralla, se encuentra la curiosa iglesia románica redonda de San Marcos.
                                                     

Fue construida entre los finales del s. XI y principios de XII, como parroquia.

Entre los s.s. XVI y XVIII experimento  numerosas edificaciones y añadidos, que fueron eliminados a comienzos del s. XX.

En 1.967, por iniciativa de su párroco, se emprendieron importantes obras de restauración.

Su original planta circular, única en el románico hispano tiene 18 m de diámetro. Posee lineas sencillas y poca ornamentación. La silueta del templo se completa con una espadaña barroca, que se añadió en el s. XVIII.

Después de atravesar la Plaza Mayor encontramos la iglesia románica de San Martín de Tours, en la pequeña plaza del Portillo, que ocupa el solar donde estuvo una ermita dedicada a San Pedro, mandada a edificar por el conde Martín Fernandez, en el barrio de los toresanos, en el contexto de la repoblación de la ciudad.

La iglesia aparece hoy día embutida en edificaciones mas modernas y ha sufrido numerosas restauraciones y modificaciones a lo largo de los siglos.

En la portada románica que da a la Plaza del Portillo, llamada Puerta del Obispo, se puede ver una escultura policromada de San Martín a caballo, partiendo su capa para compartirla con un mendigo.
                                                                 

                                                                         

Seguimos nuestro recorrido pasando al lado de la torre del Aire o Palacio de los Fermoselle, en la Plaza de Santa Eulalia.
                                                                       

el palacio perteneció a la familia Fermoselle de la cual lleva el nombre, pasando posteriormente a ser propiedad del Barón de las Cuatro Torres, el cual hizo que  se llamara Palacio de la Torre del Aire o de las Cuatro Torres, como ahora es mas conocido.

Fue mandado a construir por los señores de Santa María del Campo y Fermoselle, en 1.440, como fortaleza en el curso de las luchas entre nobles que se produjeron en el s, XV, perteneciendo el Torreón del Aire al Bando de Santo Tomé, de ahí su aspecto de solidez y los vanos que presenta.

Uno de los aspectos destacables son sus ventanas, algunas con tracerías góticas, y todas diferentes, grandes, pequeñas, cuadradas, con arcos, con balcón, impresionante y curioso.

La Torre del Aire es la única que permanece en pie de toda la fortaleza; a lo largo de los siglos ha tenido diversos destinos; en el s. XVIII fue una fabrica textil, donde trabajaban los que no tenían otro trabajo, ya que a imitación del mundo anglosajón se consideraba una falta no trabajar.

Mas tarde sirvió como obra de caridad, luego perteneció a la Orden de los Hijos de María Inmaculada, y hoy día es una residencia femenina de estudiantes.

Nuestro paseo nos condujo por las calles de Salamanca, todas con magníficos edificios, cargados de historia, como el Real Colegio del Espíritu Santo, de la Compañía de Jesús, mas conocido como la Clerecía.

Este impresionante edificio fue mandado a construir por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III. aunque no se comenzo a edificar hasta seis años después de su muerte.

Su primer arquitecto fue Juan Gomez de Mora, pero como se tardaron 150 años en concluir las obras, muchos otros dejaron sus huella en el edificio.

Fue colegio y residencia de jesuitas durante un siglo, hasta la expulsión de la Compañía de Jesús, en 1.767.
                                                                       

Enfrente de la Clerecia se halla uno de los palacios mas conocidos y apreciados de Salamanca, por su originalidad, la Casa de las Conchas
                                                             

Este palacio urbano se empezo a construir en 1.493, por encargo de don Ricardo Maldonado de Talavera, ctedratico de Derecho de la Universadad de Salamanca, y rector de la misma; miembro del Consejo Real de Castilla, columna vertebral del gobierno real durante los siglos del s. XVI al XIX. Se concluyo su edificacion en 1.512, por su hijo.

Continuamos luego por la calle la Rua que va hasta la catedral, pasando primero por el Palacio de Anaya, que está enfrente de la Catedral Nueva
                                                                                   
                                                                                   
El Palacio de Anaya o Colegio Mayor de San Bartolome, es un edificio neoclásico levantado en 1.760, donde anteriormente hubo otro, fundado por don Diego de Anaya y Maldonado, en 1.411 para acoger estudiantes que recibieran una enseñanza selectiva, menos masificada que la de la Universidad de la época. Actualmente es la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca. Al lado se encuentra la Hospedería, construida por Joaquín de Churrigera, que fue hogar de estudiantes y hoy forma parte de la Facultad.

En la esplendida fachada destacan las cuatro columnas jónicas, el frontón triangular y la escalinata

Ya teníamos delante la Catedral Nueva


Para ser precisos hay que decir que Salamanca tiene dos catedrales, la Catedral Vieja y la Catedral Nueva, que están adosadas por un muro.

Empezaremos por hablar, cronológicamente, de la Catedral Vieja, aunque esta vez nos detuvimos mas en la Nueva, que la precede.

La Catedral Vieja de Salamanca o Catedral de Santa María de la Sede, fue fundada por el obispo Jerónimo de Perigord y construida entre los s.s. XII a XV, en estilo románico, cuando este estaba dando paso al gótico.

Su elemento mas destacable y lo casi lo único que se ve de ella desde fuera, es el cimborrio, llamada Torre del Gallo, que se eleva sobre el crucero apoyado en cuatro impresionantes pechinas
                                                   

Estuvo a punto de ser demolida cuando se pensó en levantar la Catedral Nueva, pero por fortuna, en este caso no se ejecuto ese horrible designio, principalmente por las necesidades del culto durante los siglos que se tardo en edificarse la catedral Nueva.

Dado el carácter fronterizo de Salamanca durante los largos siglos de la Reconquista, fue proyectada también como fortaleza, por lo que se la conoció popularmente como fortis salmantina, utilidad defensiva que no se puede percibir hoy día.
                                                                 

Pasemos ahora a hablar un poco de la catedral nueva.
                                                                 

La catedral de Salamanca es un organismo complejo, compuesto por un conjunto de edificios, unidos entre si por por dos templos, la Catedral Vieja, de los s.s. XII-XIII y la Catedral Nueva de los s.s. XVI-XVIII.

El proyecto de construir una nueva catedral surgio en el s. XV a consecuenvcia del aumento demografico de la ciudad, debido principalmente a la importancia que había adquirido su Universisad, para lo cual contaron con el apoyo de Fernando el Catolico, queen 1.509 mando a los arquitectos que habian trabajado en las catedrales de Toledo y Sevilla, Antón Egas y Alonso Rodriguez que fueran a Salamanca para tomar traza de un nuevo templo.

La catedral se proyecto en estilo gótico y utilizando piedra de Villamayor, localidad próxima a Salamanca, piedra arenisca de facil manipulación, color amarillo pálido, que  adquiere un color entre rosado y dorado caracteristico con el tiempo.

En este paseo solo nos fijamos en el exterior de la catedral, en el que cabe destacar





jueves, 26 de agosto de 2010

Salamanca, Colegio Mayor Fonseca, Plaza Mayor y Convento de San Esteban


El pasado mes de junio tuve ocasión de volver a Salamanca.

La visita a esta magnifica ciudad siempre me resulta agradable; me trae recuerdos de cuando viví en ella durante cuatro años. Entonces, hace muchos años, era la monumental ciudad forjada durante siglos, pero ahora ha progresado, como todas las ciudades españolas, y está muy bien mantenida y acondicionada.

Una de las reformas, ya de hace bastantes años, respecto a la época en que yo viví allí, fue eliminar la circulación de coches de la Plaza Mayor. Ahora ese maravilloso espacio es para el disfrute de los ciudadanos y de los muchos visitantes que por allí pasean.

Cuando llegamos, paramos delante del Colegio Mayor Fonseca, donde íbamos a alojarnos; después de tomar posesión de nuestra habitación, salimos con un amigo para sentarnos en la Plaza Mayor y tomar allí una copa y alguna tapa, en uno de los numerosos establecimientos en ella están instalados.

Mientras, fue cayendo la tarde, la plaza se ilumino, ofreciéndonos otra visión no menos espectacular que la de pleno sol.

Digamos ahora dos palabras sobre el Colegio Mayor Fonseca.

En primer lugar es un privilegio poder alojarse en él, que hoy día ofrece todas las comodidades de un buen hotel .


El Colegio tiene una larga historia.

Fue fundado en 1.519 por Alonso de Fonseca, arzobispo de Santiago de Compostela, para que los estudiantes gallegos tuvieran un Colegio para estudiar en la Universidad, de ahí su primer nombre: Colegio Mayor de Santiago, el Zebedeo, mas conocido como Colegio del Arzobispo, Colegio Mayor Fonseca, y mas tarde Colegio de los Irlandeses, llamado así porque en tiempos de Felipe II sirvió para albergar a los estudiantes de ese país que iban a estudiar a Salamanca, huyendo de la persecución inglesa a los católicos de Irlanda.

De los cuatro antiguos Colegios Mayores de Salamanca, es el único que se conserva; fue muy dañado por los franceses durante la Guerra de la Independencia, como toda España, ya que utilizaron edificios civiles y militares para hacer fortificaciones, y reconstruido después.

Sus arquitectos fueron Diego de Siloe, Rodrigo Gil de Hontañon y Juan de Alava, grandes arquitectos del Renacimiento, en España.

Es un edificio plateresco, de tipo conventual, organizado alrededor de un claustro, de proporciones y decoración exquisitas, uno de los mas bellos patios del Renacimiento español.

Destaca además del claustro la capilla, con retablo de Alonso Berruguete.


La fachada es bastante sencilla, con la decoración únicamente en la Portada, presidida por un bajorelieve de Santiago Matamoros.

Dedicado ahora a residencia de postgraduados y profesores residentes o visitantes.

Forma un gran complejo con el anexo edificio barroco de la Hospedería, dedicado hoy día a Centro de Postgraduados de la Universidad de Salamanca.

Pasear por el patio, contemplando los medallones, todos distintos, y los adornos platerescos a lo largo de las arcadas, así como la magnifica escalera de la derecha, es una delicia; por mala suerte estaban, en esos días montando un estrado y poniendo sillas para alguno de los numerosos eventos que la Universidad de Salamanca celebra en este entorno.

Como he contado, después de tomar posesión de la habitación, que estaba al lado de la de nuestro pariente, colega y amigo, salimos hacia la Plaza Mayor, lugar que aunque uno haya visto muchas veces, no debe dejar de visitar y disfrutar, siempre que se vuelva a Salamanca.

La Plaza, corazón neurálgico de la ciudad, punto de encuentro de amigos, residentes y visitantes, estaba bastante concurrida, como de costumbre. Nos sentamos a tomar algo.

Vale la pena decir unas palabras sobre ella.

La Plaza Mayor de Salamanca es la mas bella de España y una de las mas bellas del mundo. Es un monumento típicamente español, exponente del barroco, que alcanzo con ella expresiones dificilmente superables.

La Plaza Mayor fue acordada en 1.710 por el rey Felipe V, el primer Borbón de España, como premio a la ciudad por haber apoyado su partido, en contra del otro aspirante a la corona, el Archiduque Carlos de Habsburgo, durante la Guerra de Sucesión Española.

La construcción se realizo entre los años 1.729-1.755, con proyecto del arquitecto Alberto Churriguera, ocupando el antiguo solar de la plaza de San Martín. La pequeña, preciosa y románica Iglesia de San Martín esta contigua ella.

Tiene planta cuadrada. El lado mas importante está ocupado por el Ayuntamiento, obra de José Churriguerra, coronado por la espadaña que soporta las campanas del reloj.

Mientras estábamos sentados en una de las terrazas, tomando algo y contemplando la animación, que era como de costumbre muy grande, fue anocheciendo y el conjunto fue tomando otro aspecto, este, si puede ser, aún mas sugestivo.


Al día siguiente disponía de la mañana para recorrer un poco la ciudad. Decidí visitar el Convento de San Esteban, que no veía de cerca desde hacia tiempo.

Allí me encamine, recorriendo el trayecto entre nuestra residencia, el Colegio Mayor Fonseca, y el Convento, por la calle de la Clerecía, viendo, al pasar algunos de los muchos e importantes monumentos de la ciudad como la iglesia del Convento de las Ursulas, que estaba cerrada, el Palacio de Monterrey, propiedad de la Duquesa de Alba, la Casa de las Conchas y el imponente edificio, antiguo convento de Jesuitas, hoy día sede de la Universidad Pontifica, de la Clerecía.

Siguiendo la misma dirección, hay luego una calle en cuesta, la calle de Jesús, que lleva hasta el Convento de San Esteban.

Lo primero que llama la atención es la enormidad del conjunto, y el frente de la Iglesia del Convento, a modo de retablo mayor en piedra, de alguna catedral.

Este frente, labrado con escenas bíblicas, adornos, pilares volutas etc, está realizado en la maravillosa piedra de la localidad salmantina de Villamayor, piedra que reune todas las cualidades, pues se deja tallar bien y siendo ya de bonito color dorado, el tiempo la consolida en ese color y la endurece para que pueda lidiar con el duro clima de Salamanca,

Aunque los dominicos se instalaron en esta ciudad entre 1.255-56, el actual convento data de 1.524, debido a la iniciativa del cardenal Fray Juan Alvarez de Toledo. La construcción se extendió hasta 1.610.

Lo extenso de sus años de edificación hace que, considerandolo como un magnifico ejemplo del estilo plateresco, sea una mezcla de otros estilos que van desde el gótico hasta el barroco, este último poco apreciable en la arquitectura, pero bien presente en el imponente Retablo Mayor de la iglesia, obra de José de Churriguerra.

Según la tradición, en el convento, se alojo Cristóbal Colón cuando estuvo en Salamanca para defender, frente a los geógrafos de la Universidad, la posibilidad de llegar a las Indias navegando hacia Occidente.

Como ya he comentado la portada, un bello ejemplo del plateresco, está concebida como portada-retablo, formando un arco de triunfo, cuya bóveda de medio cañón despliega abundante decoración de este estilo.

En centro se representa el martirio de San Esteban y encima hay un Calvario, ambos de Cerroni, de comienzos del s. XVII.


La iglesia, de cruz latina, es imponente; aunque los estilos que resaltan son el gótico tardío y el renacentista, el enorme Retablo Mayor, es de estilo barroco, como ya he recordado.

El Claustro, donde se mezclan los estilos gótico y renacentista, también es sobresaliente.

Alrededor del Claustro están los Capítulos, lugar de reunión de los monjes.
Hay dos: el "Capitulo antiguo" oscuro y modesto, del s. XIV, donde están enterrados destacados miembros del convento, y el "Capitulo Nuevo", mas grande, monumental y mejor iluminado, del s. XVII, el mismo siglo, y estilo en el que se construyo la Sacristía, de gusto clásico, donde esta enterrado, en un gran túmulo Fray Pedro de Herrera, obispo de Tuy, su patrocinador.


Otro elemento arquitectónico destacable, que pude admirar durante mi paseo por el convento, es la Escalera de Soto, mandada a construida entre 1.553-56, por Fray Domingo de Soto, catedrático de la Universidad y confesor de Carlos I.

El arquitecto Rodrigo Gil de Hontañon, empleo una técnica nueva y revolucionaria, pues la escalera no se apoya en ningún soporte, ascendiendo adosada a los muros, creando un espacio diáfano, pues parece sostenerse milagrosamente.

Todo el entorno rememora la gran importancia y poder que tuvo en España y en Europa y América, la Orden de Predicadores de los Dominicos, fundada por el español Santo Domingo de Guzmán, en Toulouse en 1.215 y aprobada por el Papa Honorio III un año después.

Entre sus mienmbros destacados, que fundaron la Escuela de Salamanca de Teología, Filosofía y Economía y habitaron el convento de San Esteban, están Francisco de Vitoria, Tomás de Mercado y Domingo de Soto, que en su época hicieron unos planteamientos inusuales sobre los problemas de la sociedad.

Volcados en la Evangelización de América, los Dominicos hicieron una importante labor, generando varios defensores de la población indígena que han dejado sus huellas en la historia, como Fray Bartolomé de Las Casas, Fray Antonio Montesinos y algunos otros.

Después de recorrer despacio, todo el recinto, admirando y disfrutando de tanta belleza ...e historia, tuve que volver al Colegio Fonseca, para cambiar mi vestimenta de turista por algo más formal.
Mi marido había formado parte de un tribunal de tesis doctoral, y el doctorando nos ofrecía, tanto al tribunal como a los amigos y acompañantes un banquete en Ledesma.

El lugar elegido para la comida es muy bonito y la fiesta universitaria y lúdica también fue muy bonita y agradable.

Excelente broche final para esta corta, pero interesante nueva visita a Salamanca.