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sábado, 21 de agosto de 2010

Cullera, la Albufera, el valle de la Valldigna

Tuvimos mala suerte con el tiempo para nuestra última excursión. El día era lluvioso y desapacible, incluso pensamos en que se suspenderían las visitas; pero no fue así, a la hora fijada salimos hacia Cullera, nuestro primer objetivo.

Cullera está al norte de Playa Gandía, yendo hacia Valencia. En nuestros recorridos por esa carretera, habíamos visto el nombre de Cullera escrito con llamativos caracteres gigantes en la montaña, mas bien meseta del pueblo, que da a la carretera.

Buen reclamo, pues no puedes dejar de verlo.

Cullera es una bonita población costera de la comarca de la Ribera Baja de Valencia.

Tiene unos 25.000 habitantes con un alto porcentaje de extranjeros, principalmente de la UE, entre los que destacan los franceses. La población puede triplicarse o aún mas en la época estival

Tiene un estupenda playa y está al lado de la desembocadura del río Jucar, que irriga toda la comarca.

El término municipal se extiende por una gran llanura, cuya única elevación es el "Monte de las Zorros" de 223 m de altura. Por su situación geográfica desde esta montaña se controlan todos los alrededores, de manera que ha sido habitada y utilizada como atalaya, desde siempre.

La ciudad, poblada desde el Paleolítico Superior, como demuestran los restos hallados en una cueva, siguió habitada durante el Neolítico y la Edad del Bronce.

La ciudad que los griegos llamaron Sicana, fue posteriormente denominada Sucro oppidum por los romanos, estando ubicada en lo alto del Monte de Cullera o de los Zorros.

Mas tarde, durante la ocupación musulmana paso a llamarse Colla- Aeria (Cumbre alta), de donde derivo su nombre actual.

En el Cantar del Mio Cid aparece citada con el nombre de Gujera.

La reconquista de este territorio corrió a cargo del rey Jaime I, el Conquistador.

Uno de los sucesos históricos mas relevantes para Cullera, fue el asalto a la ciudad llevada a cabo por el corsario berberisco Dragut, acontecida el 25 de marzo de 1.550, como parte de la campaña de este pirata de saqueo del mar Mediterraneo, en el que consiguió un gran botín en bienes y cautivos, y que dejo a Cullera despoblada durante décadas.

Para compensar esta desgracia, hoy día, la cueva aprovechada para el asalto por los piratas, como entrada a la ciudad, es un gran reclamo turístico, donde hay instalado un museo provisto de material mas o menos de la época, que ilustra la piratería en el s. XVI y donde incluso ofrecen un pequeño espectáculo de luz y sonido, con el tema de la invasión pirata. Las desgracias históricas convertidas en fuente de riqueza después de siglos...

La economía tradicional basada en la agricultura, cultivo del arroz y cítricos, ha ido cediendo terreno a un importante desarrollo del turismo, tanto nacional como internacional, a partir de los años 60 del siglo pasado.

Este cambio ha sido acompañado de la especulación urbanística, que ha empeorado el paisaje, con construcciones aberrantes.

Empezamos nuestra visita por la cueva del pirata Dragut, como ya he mencionado, habilitada con objetos, vestidos e incluso una nave mas o menos de la época.

El relato de la invasión pone los pelos de punta, pues la población estaba completamente desprevenida.

Seguidamente fuimos al Castillo de Cullera, al que se puede acceder andando por el Camino del Calvario, un zigzagueante via-crucis con las 14 estaciones de la Pasión de Cristo.


Nosotros fuimos en el bus por la otra vertiente.

El Castillo mandado a construir por Jaime I el Conquistador en el s. XIII, sobre una antigua fortaleza árabe, se encuentra en lo alto de la montaña dominando tanto el pueblo, como la llanura y el mar.

De las murallas que tuvo subsisten algunos tramos; también hay restos de las antiguas torres que formaban parte de la muralla.


Al lado del Castillo se encuentra el Santuario de la Virgen del Castillo, templo de estilo neo bizantino edificado en el s. XIX.

Dadas las fechas, cercanas y posteriores a la Navidad, todavía se podía ver un espléndido Belén, que estaba aún sin recoger.


También contemplamos desde aquella altura, la playa y el pueblo de Cullera, así como la desembocadura del Júcar y a su derecha la costa ondulada, con los entrantes de las conchas de las playas, hasta perderse de vista. Y eso que el día era gris y neblinoso. ¡Qué precioso debe ser con el sol radiante! a pesar de los edificios, con sus diferentes alturas y diferentes gustos.


Bajamos, luego, al pueblo, donde tuvimos un buen rato para recorrerlo y pasear por él.

Siguiendo la calle principal llegamos a la Iglesia Parroquial de los Santos Juanes, del s. XVI, recientemente restaurada.


Del antiguo templo gótico sobre el que se construyo el actual de estilo neoclásico, subsisten la sacristía y el interior del campanario.

Mientras paseábamos por Cullera empezó a llover.

Todo el tiempo temíamos por nuestra siguiente visita a la Alfubera. Pero aunque el tiempo continuo gris y nublado, en el lago no llovía, ni llovió.

Fue una pena tanto gris, porque aquello con sol debe ser mucho mas bonito, pero... si uno está un día, casi mejor decir un rato, en un lugar, hay que aceptar lo que toque, en cuanto a los meteoros se refiere.

La Albufera, nombre que proviene del árabe, al-buhayra, "pequeño mar", está actualmente en el Parque Natural de la Albufera, que también comprende el entorno húmedo de la Albufera y el cordón litoral adyacente a ambos, desde el año 1.986.

La Albufera es, desde el punto de vista geográfico, una laguna costera somera, de una profundidad media de 1 m, separada del mar por una estrecha barra litoral arenosa, que se llama restinga y estabilizada por un bosque de pinos. Es una zona de paso para muchas aves migratorias, algunas en peligro de extinción, de lo cual deriva su gran importancia ecológica.

La costa de la provincia de Valencia estaba antiguamente formada por una sucesión de albuferas y marjales, de los cuales solo se conserva en buen estado la Albufera, aunque aún se pueden ver bastantes marjales a lo largo de la costa.

El lago está a 10 km de la ciudad de Valencia, es el mayor de España; antiguamente las aguas eran cristalinas, se podía ver el fondo y podían ser consumidas sin peligro por los pescadores que habitaban en sus margenes.

Actualmente el lago se ha reducido a un tercio de lo que fue hasta el s. XIX, debido al aprovechamiento de sus margenes para el cultivo del arroz.

Por él navegan las viejas barcas, impulsadas antiguamente por velas latinas, perchas y remos, hoy sustituidas en gran medida por las lanchas de motor.


Nosotros hicimos un paseo turístico, en una lancha con percha manejada por un barquero.

Dimos una gran vuelta contemplando el lago, con sus margenes llenas de cañizo donde se podían ver grupos de pájaros que anidan allí; otros volaban por encima de ese extenso humedal ; también se veían algunos pequeños botes, supongo que de pescadores.

Un recorrido bonito e interesante.

En las margenes vimos alguna barraca, bastante arruinada, y alguna otra mas adecentada, que evocaban otros tiempos.

Gran número de excursionistas recordamos la serie de TV "Cañas y barro" basada en la novela del mismo nombre, del escritor valenciano Vicente Blasco Ibañez, que describe la vida de la Albufera en otros tiempos.

Había llegado la hora de comer. Lo hicimos en un restaurante del pueblo donde habíamos embarcado, que prepara paella hecha al fuego de leña.


Ya se sabe que la paella depende, además del fuego, de lo que se le ponga. Puede variar desde exquisita a corriente. La que nos sirvieron, precedida por una ensalada, era corriente, aunque estaba buena. El arroz es muy agradecido y se pone sabroso con poco.

Todavía nos quedaba otra visita, de camino a casa.

Fue una parada en el hermoso valle de la Valldigna.

El valle, dedicado al cultivo de la naranja desde los años 50 el s. XX, está totalmente rodeado de montañas, excepto por el este, en que se abre al Mar Mediterraneo.

Según la leyenda su nombre procede de las palabras que dirigió el rey Jaime II de Aragón a su capellán y abad del Monasterio de Santes Creus, cuando se encontraba de camino por la zona:

 "Qué valle más digno para un monasterio de nuestra religión", a lo que el abad contesto: "Valle digno, señor, valle digno",

tras lo que el rey dono las tierras al abad de Santes Creus para una nueva fundación cisterciense en el valle, que tomaría el nombre de Monasterio de Santa María de la Valldigna.

Este monasterio, situado en la población de Simat de Valldigna, iba a ser nuestra última visita del día y del viaje a Levante.

La lluvia que había aguantado con poca exhibición, solamente algo en Cullera, se puso a caer fuerte durante la visita al Monasterio. Aún así lo vimos con detenimiento.

El monasterio, que tuvo que ser magnifico, tiene una primera implantación gótica, siguiendo el canón de la Orden del Cister, con dos puntos neurálgicos, la iglesia y el claustro; después del terremoto de 1.644 se hicieron muchas reformas en estilo barroco.


Fuera del conjunto monumental están el Palacio residencia del abad, construido entre los s. XIV y XVI, la hospedería, la bodega, el almacén y el resto de dependencias agrícolas.

Después de la Desamortización de Mendizabal, del año 1.835, el monasterio fue abandonado por los monjes y vendido a particulares, que lo dedicaron a explotaciones agropecuarias y lo sometieron al expolio y la destrucción patrimonial, con el derribo de la mayoría de los edificios.

Los sillares de los arcos y las losas del pavimento fueron vendidos como material de construcción, mientras que los arcos góticos del claustro alto del Palacio del abad se incorporaron al Palacio del Canto del Pico, en Torrelodones (Madrid), siendo comprados por la Generalidad Valenciana a sus propietarios y devueltos a su lugar original.

Con estos y otros elementos dispersos en diferentes parroquias de la región, se ha emprendido su restauración desde el año 2.003.

A pesar de tanta destrucción es un lugar digno de ver, con una iglesia barroca magnifica,

y el encanto romántico que tienen las ruinas.

Paseamos por la iglesia y demás dependencias, tratando, además de ver, de evocar su pasado esplendor.

Saciados con nuestras y variadas visitas volvimos a nuestra base en Playa Gandia.

Hemos hecho un gran recorrido de la región, aunque se han quedado bastantes cosas por ver.

Pero con esta aproximación hemos visto la gran riqueza artística, cultural, y en cuanto a la naturaleza de esta región, como de resto en toda España.

Hasta el próximo capitulo...

miércoles, 7 de julio de 2010

Valencia. 3ª Parte. Ciudad de las Artes y las Ciencias

Volvimos a Valencia para visitar uno de los lugares emblemáticos de la ciudad: el gran complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que necesita, al menos, de todo un día.

Salimos temprano de Playa Gandía, nuestra base. Al contrario que nuestra primera visita a Valencia, hacia un precioso día de invierno, muy soleado y con agradable temperatura, ideal para hacer turismo.

En el trayecto de una hora desde Gandía a Valencia teníamos, sobre todo a la derecha, aunque cuando no hay zona montañosa, también a la izquierda, los campos de naranjos, que son una delicia para la vista. Se extienden a través de muchos kilómetros, con el verde intenso salpicado del color de las naranjas.

Ya cerca de Valencia, el paisaje cambia al de la Huerta de Valencia, hoy en estado de desaparición por la invasión de naves industriales y almacenes de todo tipo.

Bien, pues ya estábamos en el gran conjunto que es la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El complejo se extiende a lo largo de casi dos kilómetros, al final del antiguo cauce del río Turia, que ha sido desviado a causa de las catástrofes que provocaba su desbordamiento en la ciudad, la última y de las más dañinas, en 1.957.

Las obras de desvío del río empezaron en 1.965 para concluir cuatro años y medio después, siendo inaugurado el nuevo cauce en 1.969.

Este gran espacio liberado de nueve kilómetros, financiado en parte por las aportaciones solidarias del resto de España, a traves de los sellos emitidos en Correos, que se ponían en todas las cartas, que entonces, suponian un gran volumen, ha sido aprovechado para hacer jardines, que forman el mayor parque de España y uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad, donde están integrados el Palacio de la Música, el Parque Gulliver, el Parque de Cabecera, el Bioparc, el Zoo de Valencia y como decía antes, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que ocupa los dos últimos kilómetros.

La obra es grandiosa y sin duda, uno de los mas importantes conjuntos del mundo. Impresiona su arquitectura, su disposición y su ubicación. Valencia ha aprovechado todo este enorme y precioso espacio liberado y le ha dado cumplido cometido.

El complejo, diseñado por dos grandes arquitectos españoles, Santiago Calatrava (1.951), autor de casi todos los elementos y Félix Candela (1.910-1.997), que fue su maestro, fue inaugurado en 1.998 y está integrado por cinco grandes elementos.

Cada uno de ellos es una construcción singular.

A mi me pareció ver que tres de ellos, El Hemisférico, El Palacio de las Artes y el Ágora, están inspirados en cascos griegos; aunque hay otras interpretaciones, como p. e. el ojo humano para El Hemisférico.

Hablemos un poco de cada uno de ellos.

El Hemisférico

alberga un cine IMAX, y proyecciones digitales.

El Museo de las Ciencias, es una de las obras mas atractivas dentro de esta maravillosa ciudad futurista. Parece inspirado en un esqueleto de dinosaurio.

En la linea de algunos museos actuales, es mas importante el continente que el contenido, por su extraordinaria arquitectura.

Museo interactivo, donde muchas de las piezas expuestas se pueden manipular haciendo las delicias de los niños... y no tan niños.

El Umbracle es un jardín conformado por arcos fijos y arcos flotantes, en los que hay una planta trepadora que tiene que subir por ellos y cubrirlos, que todavía está, solo, en proyecto; por el momento se pueden contemplar los arcos, y uno se pregunta si no estarán así mejor, pues es un conjunto muy logrado.

Dentro, hay una Galería llamada Paseo de las Esculturas, donde hay nueve producciones, de autores contemporáneos.

Hay también plantas de diversas especies, aclimatadas hace mucho tiempo a la zona, como palmeras, naranjos, jaras, lentiscos, romeros, buganvillas, etc.

El Oceanográfico, obra de los arquitectos Félix Candela y José Tomás Llavador, es el mayor complejo marino de Europa.

Se compone de varios edificios que albergan representaciones de diferentes ecosistemas:
Mediterraneo, Humedales, Templados, Tropicales, Océanos, Ártico, Antártico, Islas, Mar Rojo, además de un Auditorio Submarino y un Delfinario.

Hay 40.000 ejemplares, de 500 especies diferentes, distribuidos en nueve torres submarinas.

El Palacio de las Artes Reina Sofía es un fantástico edificio, cuya función principal es como teatro de la ópera y sede de la Orquesta Sinfónica de Valencia.

Dentro se encuentran diferentes espacios como son


  • La Sala Principal con un aforo de cerca de 1.500 plazas, distribuidas entre patio y cuatro niveles de palcos. Es la dedicada a la Ópera.

  • El Aula Magistral, destinada a conferencias y conciertos de música clásica;
  • El Auditorio con capacidad similar a la de la Sala Principal, dedicado a multitud de acontecimientos desde conciertos de música clásica hasta mítines políticos.
El Ágora es una gran plaza cubierta.

Aunque se inauguro con el Open 500 (ATP World Tour 500) de tenis de la Comunidad Valenciana, en noviembre de 2.009, aun quedaba, entonces, un año para concluir los trabajos.

Su estructura metálica está revestida de trencadís azul y cristal. Ocupa una superficie elíptica de 5.000 m2.

Su forma recuerda, según el arquitecto Calatrava, su diseñador, dos manos entrelazadas, aunque a mi sigue pareciéndome un casco antiguo .

Por último el Puente L´Assut de l´Or, también forma parte del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Conocido, también, como el Jamonero, ya que su forma recuerda este instrumento.

Es un puente de tirantes que cruza el antiguo cauce del Turia.

y es una de las infraestructuras mas necesarias para la ciudad, ya que conecta importantes arterias y soporta un gran tráfico de vehículos.

Antes de tener este original nombre, fue llamado Puente de la Serrería y Puente del Grao.

Su actual y definitivo nombre, proviene de un antiguo azud (palabra de origen árabe -as sad- que significa "barrera", que se hace para derivar el caudal de un río, a las acequias) que se conserva en las cercanías de la obra.

Cabe destacar que el impulsor de esta denominación fue un vecino, nacido hace unos veinticinco años, en lo que hoy es el Oceanográfico.

Volvamos a nuestra excursión.

Dedicamos toda la mañana a conocer y recorrer el Oceanográfico.

Aquí se combina su extraordinaria arquitectura, cambiante desde todos los ángulos, con la observación de la vida marina.

Como ya he dicho mas arriba es el acuario mas grande de Europa; entre sus 40.000 animales de 500 especies diferentes podemos encontrar peces, mamíferos, aves, reptiles e invertebrados, todos del medio acuático.

El agua salada es bombeada desde la cercana playa de la Malvarrosa.

Así pues y acompañados por nuestra guía, que se conocía bien el complejo, visitamos los distintos habitat, recorriendo salas y túneles, donde parece que estas dentro del agua; por suerte, solo lo parece, pues a veces los compañeros de trayecto son... tiburones y otros habitantes de las aguas de no muy amistosa compañía, como las morenas, las rayas y demás...

Todo esta perfectamente documentado mediante atractivos paneles.

Hay mucho que ver en el gran acuario; una mañana solo es un paseo de aproximación; pero deja a uno encantado, viendo el fabuloso mundo de... las profundidades

Nuestra trayectoria iba alternando el mundo submarino con el mundo aéreo, donde podíamos admirar muchas aves acuáticas

y algunos mamíferos marinos, como este león marino (¿será ese su nombre?), que me resulta particularmente enternecedor; debe ser por su "expresión".

Hay allí toda clase de curiosidades, a cual mas bonita, como estas medusas, que he puesto junto con los caballitos de mar. ¿ A que son preciosos?

También me encantaron los pingüinos. Son tan torpes fuera del agua... y tan simpáticos.

Por último, a la hora fijada, tuvimos un espectáculo en el Delfinario a cargo de estos inteligentes mamíferos marinos y su entrenadores.

Nos entretuvieron una hora con sus saltos enormes, piruetas, bailes y natación sincronizada. Están perfectamente entrenados, y a veces parecen formar un solo cuerpo con sus entrenadores.

Había transcurrido la mañana, sin un minuto de respiro.

Nos llevaron a comer a otra, de lo que podríamos llamar, sede de los festejos previos a las fallas.
No recuerdo el nombre.

Aquí también había un escenario, como en el Museo del Artista Fallero, aunque todo era mas pequeño y no había exposición de fallas.

Supongo que habrá una de estas sedes por barrio, pues allí eligen las falleras, las fallas que van a hacer, etc.

La comida fue abundante aunque corriente.

Immediatamente volvimos a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pues teníamos que visitar el Museo.

Hay que dedicarle al menos dos horas. Y ese tiempo fue el que estuvimos allí.

El Museo está dedicado a las Ciencias Naturales,

Consta de planta baja y otras tres plantas, con espacios temáticos

  • Planta baja: La Ciencia a escena
  • Planta primera: Escaparate de la Ciencia.
  • Planta Segunda: El legado de la Ciencia
  • Planta tercera: Cambio Climático, etc.
Sus amplios espacios se utilizan para talleres didácticos y otras actividades.

También se celebran eventos tanto sociales como culturales, como p. e., la presentación del equipo Mclaren de Formula 1.

Nosotros recorrimos con cierto detenimiento la planta segunda: Legado de la Ciencia, donde se ilustran la vida y la obra científica de don Santiago Ramón y Cajal (1852-1-934), Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1.906, por sus aportaciones al conocimiento del Sistema Nervioso.

Ramón y Cajal fue catedrático de la Facultad de Medicina de Valencia durante cuatro años.

De la misma manera está representada la vida y obra de don Severo Ochoa (1.905-1.993).

Este científico español también obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, en 1.959, por su desciframiento del código genético.

Ochoa desarrollo toda su actividad científica en E.EU.U., llegando a nacionalizarse como estadounidense.

En la Planta tercera, estuvimos haciendo uso de algunos elementos interactivos.

También compartimos unos momentos con una pareja de neanderthales, que están sentados en un café, vestidos y arreglados de manera, que si de verdad los encontráramos por cualquier sitio, no nos llamarían la atención, tan parecidos son a nosotros.

Sin embargo lo que me resulto más interesante del Museo, además de su arquitectura, que también es sobresaliente en el interior, es el gran péndulo de Foucault que está instalado en la Primera Planta.

Es uno de los mas largos del mundo. La base del péndulo es de madera de olivo y naranjo.

Es fascinante ver como se mueve y va tirando las bolas exteriores, por el efecto de la rotación de la Tierra

Entre las curiosidades del Museo, en la misma planta que el péndulo de Focault, hay una representación del ADN (ácido dexosiribonucleico) con su bonita forma de doble hélice, aunque parece que no sigue la verdadera configuración de sus componentes.

Al salir del Museo, para esperar el autobús, que nos llevaría de vuelta a Playa Gandía, pudimos contemplar todos aquellos edificios magníficos, singulares y futuristas, con la luz del sol poniente, que da a los objetos un tono especial.

Espero no aburriros mucho, con tan largo artículo, pero el tema lo merece.

Hasta la próxima excursión

miércoles, 21 de abril de 2010

Valencia,. 2ª Parte. Cerámicas, Fallas y algo mas

La siguiente visita fue para el Palacio de los Marqueses de Dos Aguas, hoy día convertido en Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí.

Edificio singular, buena muestra del barroco, más bien rococó, español.

Todo el palacio es magnífico, pero destaca sobremanera la puerta de alabastro, realizada por Vergara, de estilo churrigueresco, con inspiración en el titulo de los Marqueses; así la circundan dos caudales de agua, acabados en sendos titanes, que representan los dos ríos mas importantes de la región : el Turia y el Júcar.

La preside la imagen de la Virgen.

El edificio actual, cerca de la plaza de la Reina, procede de la reforma radical que efectuaron los marqueses de Dos Aguas sobre la antigua casa solariega de la Edad Media, de los Rabasa de Perellós en 1.740, en estilo rococó.

La fachada estaba recubierta de frescos; en la siguiente restauración, del s. XIX, fueron eliminados por el mal estado en que se encontraban.

En el entresuelo hay una pequeña exposición de carruajes de la época, perfectamente restaurados y expuestos.

Subimos luego al primer piso donde se pueden ver las estancias que habitaron los marqueses, tal como estaban en el s. XIX, restauradas recientemente y por tanto con todo su esplendor.

Pasamos de una a la siguiente, viendo el gran salón de baile, el amplio comedor, corredores, antecámaras, salas y salitas y hasta un dormitorio, con una esplendida bañera dentro; parece que la higiene se iba extendiendo, al menos en ciertos ambientes.

Tambien hay una pequeña capilla

Todo con gran profusión de muebles, vitrinas, relojes, pinturas, cortinas, lamparas y decoraciones, que recuerdan el esplendor de los Palacios Reales

Después de discurrir por esta parte del palacio, seguimos subiendo, ya que el Museo de Cerámica y Artes Suntuarias está en los dos últimos pisos.

Los objetos allí expuestos proceden de la donación al Estado de la importante colección de cerámica de don M. González Martí, al que se han añadido numerosos objetos de mobiliario, indumentaria, pintura y escultura, que van desde la Prehistoria hasta Picasso.

Destaca la colección de cerámica medieval; también hay objetos griegos, romanos, ibéricos ..., todo magníficamente expuesto, para disfrutar de ello.

En la última planta hay, además de otros interesantes y preciosos objetos decorativos, la reconstrucción de una antigua cocina valenciana.

Todo ello hubiera merecido mas tiempo, pero... aún nos quedaban lugares interesantes que visitar. Tuvimos que continuar.

Volvimos a los alrededores de la catedral, donde está, muy cerca, la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de Valencia, donde se le profesa gran devoción

La construcción de la basílica data del s. XVII, siendo lo mas destacable de su arquitectura la monumental cúpula, decorada en el interior con frescos de A. Palomino.

Fue declarada Monumento Nacional en 1.981.

Solo pudimos echarle un vistazo pues estaban en misa, y en esa circunstancia no es oportuno hacer turismo.

Después de una intensa mañana de visitas y conocimientos, se acercaba la hora de comer.

Nos reunimos con nuestra guía, que nos había dejado solos para entrar en la Basílica, en un lugar
muy conocido, al parecer, por los valencianos, La Casa de los Caramelos.

No es de extrañar su renombre pues es una tienda enorme dedicada a tan variado, dulce (y empalagoso) artículo

Estábamos al lado de las Puertas de Serranos, una de las doce puertas que tenía la muralla de Valencia, mandada a derribar en 1.865, puerta conservada, casi, milagrosamente.

Hay tanta cosa que conocer en Valencia que algunas solo da tiempo de verlas así, un poco de reojo, mientras esperábamos el bus.

La comida estaba programada para comer en el Museo del Artista Fallero.

El Museo esta en el Barrio del Carmen, algo alejado del centro de la ciudad, gran parte de él dedicado al arte de las Fallas, con gran cantidad de talleres donde se construyen estos efímeros monumentos. Esta actividad ha supuesto la rehabilitación y el desarrollo del barrio, que estaba en una zona deprimida

Es el momento de decir dos palabras sobre la fiesta de las Fallas, debido a su gran importancia en los sectores turístico y laboral de Valencia y de varias ciudades de la región.

Las Fallas, fiesta tradicional de Valencia y una de las mas importantes y conocidas de España, se celebran del 15 al 19 del mes de marzo, en honor de San José, patrono de los carpinteros.

El nombre falla (facula=antorcha) de origen latino, se uso tanto para las antorchas utilizadas para iluminar, como para las hogueras que se hacían en las vísperas de las fiestas extraordinarias o patronales.

Las fallas que se encendían la víspera del día de San José, 19 de marzo, fueron iniciadas por el gremio de carpinteros, que esa noche quemaban en la hoguera purificadora, virutas y trastos viejos, haciendo limpieza en los talleres, antes de la entrada de la primavera.

Con el tiempo se fue extendiendo a la población, que sacaba también sus trastros desechables, para aumentar la hoguera y hacer limpieza.

Ya en el s. XVIII algunas de las fallas no eran solo hogueras, sino monumentos satíricos en los que se quemaba, simbolicamente, personajes y situaciones de la vida real.

La creación de la falla fue evolucionando, y del primitivo armazón, parot, donde colgaban los candiles que alumbraban a los carpinteros, que se podían desechar en los días más largos de la primavera, se paso a la estructura del actual ninot, de gran complejidad.

Los temas que le sirven de inspiración son de temas de actualidad, políticos, deportivos, mitológicos, procedentes de los cuentos, en fin, gran derroche de imaginación.

Las fallas se construyen en los diferentes talleres falleros, gran parte de los cuales están en el barrio del Carmen, donde nuestro grupo visito el Museo del Artista Fallero.

Cada barrio proyecta y encarga su propia falla. También hay fallas infantiles.

Durante todo el año se preparan tanto las fallas como los actos falleros, que a cargo de una Comisión, están reglamentados y se van sucediendo en fechas fijadas.

Los cinco días (15-19 de marzo) son una fiesta continua.

Hay innumerables actos antes del día de la quema final; por no mencionar mas que los mas importantes, citare algunos:
  • La Llamada, la Crida, en la que la Fallera Mayor, reune a todas las comisiones y convoca las fiestas, actos que discurren en las Puertas de Serranos

  • La exposición de las Fallas del año, ninots, en una gran carpa, de la cual sera "indultada", sin pasar por el fuego, una de ellas.

  • La Cabalgata de las Fallas, Cavalcada del Ninot, que desfila por el centro de la ciudad.

  • La Cabalgata del Reino, Cavalcada del Regne, largo desfile folclórico, introducido mas recientemente, en 1.967
La Semana Fallera, con otra gran serie de festejos
  • La Elevación de los monumentos falleros, la Plantá
  • La Recogida de premios, tanto a la falla infantil, como, al día siguiente, al resto de las categorías
  • La Ofrenda de flores y frutos, L´Ofrena, a la Virgen de los Desamparados, con la que se confecciona un tapiz, a modo de manto, que cubre por completo el cuerpo de la Virgen

  • La Noche del Fuego, la Nit del Foc, que antes anunciaba el final de las fiestas, pero que ahora se ha trasladado al penúltimo día, es un gran espectáculo pirotécnico.

  • La Noche de la Quema, la Nit de la Cremá, es el último y mas importante acto de las fiestas, en que se procede a la quema de las fallas. El último monumento en arder, ya de madrugada es la Falla instalada en la plaza del Ayuntamiento, que al contrario que las demás, sufragan con sus impuestos los valencianos.
La fiesta de las Fallas mueve un millón de turistas al año. Su importancia económica y social es tal que significa la primera industria de Valencia, tanto en puestos de trabajo como en ingresos.

Volvamos a la comida y al Museo del Artista Fallero.

El Museo consta de una sala de espectáculos, con escenario, donde se realizan actos previos a las fiestas de la Fallas, y en esa sala comimos. De la comida solo se puede decir que pasable.

Después bajamos a la planta del sótano donde está instalada la exposición.

Hay gran cantidad de los ninots indultados, parte de una falla que se libra del fuego por votación popular y se conserva en el Museo; también hay una falla de gran tamaño, a medio construir, con el armazón a la vista, para entender como se hacen.

Pasamos un rato entretenido viendo algunos ninots muy graciosos, otros artísticos, regionales, hasta Michael Jackson estaba! ...

Aún nos faltaba una última visita.

Nos llevaron a la antigua Casa de la Beneficencia, hoy convertido en Centro Cultural la Beneficencia.

El edificio, del ultimo cuarto del s. XIX, se construyo, como su nombre indica, para socorrer a los indigentes.

Fue colegio de niños hasta 1.952 y después de una intensa renovación se convirtió en el Centro Cultural en 1.995. Allí caben y están:
  • el Museo de la Prehistoria,
  • el Centro de Investigación Alfonso el Magnánimo,
  • el Centro de Publicaciones de la Diputación de Valencia y
  • el Museo Valenciano de Etnología, que nuestro grupo visito.
El Museo presenta una exposición permanente sobre "La ciudad vivida" y sobre "Ciudades valencianas entre 1.800-1.940", a base, sobre todo, de fotografías, más interesantes para el público local y regional.

Sea por cansancio o porque habíamos visto cosas importantes en esta magnífica ciudad, en esta última visita disfrute mas con el edificio, que tiene un patio precioso, que con la propia exposición que no me suscito ningún interés.

El día estaba declinando; en esa época del año la luz se va pronto.

Emprendimos la vuelta a Playa Gandía, preparándonos para otra intensa jornada de visitas al día siguiente.